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El cumplir, entrega 6, "El guardapolvo"

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Por Claudio Sprejer  En el corazón de Barracas, Buenos Aires al sur, el conventillo que albergaba a la familia de Josef se veía inmerso en una realidad implacable. La conflictos de conducta de Josef habían dejado a Becky virtualmente sola, hipotéticamente a cargo de cinco hijos en medio de las deudas de juego generadas por la bohemia del pianista de orquesta que tocaba en los números vivos del cine de día con el mismo ahínco que se jugaba el dinero ganado en inútiles juegos de  póquer de noche. La ausencia de figuras de autoridad habían dejado a cada hijo en una búsqueda personal que tenía caminos azarosos no necesariamente rectos ni morales. Hilda, la primogénita de las mujeres, era varios años mayor que Susana, quien afrontaba su propia batalla en busca de la educación y la realización personal. La familia, marcada por cicatrices visibles de adultos que no lograban enterrar sus pasados sufrientes y que tampoco terminaban de adaptarse a la vida porteña, lidiaba con las adversidades c

El cumplir, entrega 3, “El arco”

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 Por Claudio Sprejer En el corazón de Buenos Aires, el conventillo en donde vivía la familia de Josef cobraba vida en medio de calles polvorientas, algunas de ellas adoquinadas, y murmullos que evocaban la esencia de la época. El edificio de paredes desgastadas y balcones de hierro forjado se erigía con la majestuosidad desgastada de una era pasada, donde las voces de los inquilinos se entrelazaban en una sinfonía única. En este escenario, el patio del conventillo se convertía en el epicentro de las diferentes vidas familiares. Los colores desvaídos de las paredes se mezclaban con la luz de la tarde, creando una atmósfera que impregnaba cada rincón del barrio. Susana, la joven que se perdía entre las cuerdas de su violoncello, desplegaba su empeño en medio de las complicadas notas que intentaba domar. A diferencia de sus hermanos mayores, quienes se sumergían en la música con naturalidad, ella encontraba en el estudio una vía de expresión, un deseo fuerte de querer ser. Las risas de Sa