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Sonrisas verdes de té y esperanza

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Por Shiru Lerner Después de dar una vuelta por Ban Kham, un pueblo chico de no más de 100 casas, compartiendo té con algunas vecinas, miradas con otras, risas con algunos niños, llegué a la escuela. Como eran las 18.30, los chicos ya no estaban. La escuela quedaba en el punto más alto del pueblo así que decidí regalarme uno de los atardeceres más bonitos del viaje. Me sentí abrazada por la energía del sol poniente y por su aire fresco con aroma a especias. Dos maestras que viven ahí porque sus casas quedan en otras ciudades alejadas, se sentaron junto a mí para acompañarme y al ratito de charlar me invitaron a ver a los chicos la mañana siguiente. Tanto insistí que le gané por cansancio a Tun Tun, el muchacho local que habla inglés, para que fuéramos a primera hora y entonces empezar un rato más tarde nuestro trekking. Me desperté ansiosa y llegué a la escuela minutos antes de que empiece la clase; ver arribar a los alumnitos poco a poco, todos con su morral colorido, sus cu

Una escuela en Haputale

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por Shiru Lerner BD/ Dambatenna N.01. T.K.V Haputale 07.03.18 Llegué a Haputale con una sonrisa.  Sri Lanka ya me venía conquistando con su amabilidad, con su gente amorosa y sus paisajes. Necesitaba respirar un poco el silencio de sus montañas verdes,  así que esa misma tarde me fui a los altos a caminar y perderme entre sus infinitas plantaciones de té. Tenía 6 km de caminata cuesta abajo hasta llegar a Dambhetena, en donde debía tomarme el bus local para volver. Durante todo el camino me crucé con chicos en uniforme escolar de impecable blanco y azul que volvían a sus casas después de una jornada de estudio. Para mí era sólo una aventura, pero para ellos ese camino cuesta arriba entre montañas era un trajín de todos los días para ir y volver de la escuela. Por cierto, eso no fue lo que más me llamó la atención. Todos los chicos después de la palabra mágica “hello”, absolutamente todos, me pedían lapiceras. ¡Lapiceras!... por primera vez no me